Braguitas de algodón

John Cusack, bebiendo una cerveza a las 10 de la mañana queda con su novia para comentarle de pasada que quiere casarse con ella. Fragmento de diálogo introductorio a la «cuestión»:

JOHN CUSACK

(…) intento explicártelo, ¿vale? (pausa) Esa otra

chica… o las otras mujeres… no importan. Creo que

sólo son fantasías. Y siempre parecen indeales porque

nunca hay problemas. Y sí, los hay, aunque muy

tontos como…  no sé… que nos hemos comprado el

mismo regalo de Navidad o… o que ella quiere ir a

ver una peli que ya he visto y… bueno, luego llego a

casa y tú y yo tenemos problemas de verdad y no

quieres ver la misma peli que yo y punto… y no hay

lencería y…


NOVIA DE JOHN CUSACK

Yo tengo lencería.


JOHN CUSACK

Ya lo sé.  Una lencería estupenda. Pero también

tienes esa de algodón que has lavado miles de

veces y que cuelgas en la ducha (gesto con

la mano de desagrado empático) y… y ellas también,

pero yo no la veo porque no está en mi fantasía

¿entiendes? (aprieta los ojos cerrados) ¡Estoy harto

de fantasías! Porque no existen. Y nunca hay

sorpresas de verdad y además no te…


NOVIA DE JOHN CUSACK
¿Te llenan?


JOHN CUSACK
Te llenan, exacto.  Y estoy harto de todo lo

demás. Pero no me harto de ti; así que…

Así que John acabas de subrayar una de las principales razones que ¡nevitablemente mantendrá enfrentados a hombres y mujeres por el resto de los tiempos. Las bragas de algodón.  Eso que en la mente de un hombre separa a una chica normal o de anuncio de Dove de Scarlett Johansson, mujer a la que jamás podríamos imaginar con un culot estampado de Betty Boop.

Hace unos años la hija fictica de Bill Cosby, la absurdamente célebre Lisa Bonet, protagonizó un spin off de La hora de su padre titulado: «Un mundo diferente», una especie de «Al salir de clase» universitario y negro. Mi edad no tenía aún dos cifras y era absolutamente fiel a la trama, dado que el personaje masculino principal era un pringao adorable que acaba enamorándose de una megapija harpía a la que increíblemente acababas tomando cariño (gran precursora de los actuales héroes bordes televisivos como House, Barney o Luján Argüelles). Pues bien, una vez graduados el graciosillo y la estirada se van a vivir juntos. Jamás olvidaré el episodio en el que despertaban por primera vez en la cama como pareja iniciando su rutina compartida. La pobre bruja se ponía el despertador cinco minutos antes que su novio, se levantaba en estampida hasta el cuarto de baño, se enjuagaba la boca con licor del polo, se peinaba, perfumaba y quitaba las legañas. Tras el vertiginoso proceso se volvía a tumbar junto al chico en una postura atractiva fingiendo inconsciencia para que cuando este despertase la encontrase a su lado atractiva y bienoliente. Cosa que por supuesto sucedía y generaba la sopresa satisfactoria del muchacho que exclamava complacido: «Madre mía, eres tan perfecta; nunca había conocido una mujer a la que le oliese bien el aliento recién levantada.»

No recuerdo si al final del episodio o la temporada la chica sincronizaba su despertador con el de su novio y se comportaba de manera natural y humana para los restos; posiblemente esa sería la moralina final; «amor versus legañazas».

Unos años más tarde, mis amigas departían acerca de «el truco de la depilación», consistente en depilarte a la cera la mañana del día en el cual sabes que vas a yacer con el chico y cuando éste te pase la mano por la pierna decir «oh, perdona, hace semanas que no me depilo» con la intención de que el tipo pensase que estaba saliendo con Jessica Rabbit.

Mi buen y muy mencionado amigo Emanuel me decía hace poco que durante los primeros años de su vida sexual se había ido a la cama con mujeres que al día siguiente parecían otra y sin haber bebido una gota de alcohol la noche anterior. Igual que en el episodio de El príncipe de Bel Air en el que Will Smith se queda encerrado en ¿un invernadero? con su rollete de la semana y la chica comienza a quitarse prótesis hasta hacer una montañita en el suelo de peluca, uñas postizas, relleno tetil y lentillas de color verde.

Con todos estos datos podemos concluir que cuando un hombre dice que está «enamorado», lo que realmente le priva, inconscientemente, es todo esto:

epil ladylicor del pololentilla verdesujetadorrellenopestañas postizas

peluca1Faja_Lum_Auñas postizascaja maquillajecabina rayos uvaandinalaxantelenceria fina

550 euros al mes de tía buena. Una ganga.

Mientras… ellos, con 8 euros:

cuchilla-afeitar

Ya lo tienen todo hecho.

De manera que ¿acaso no es jodidamente normal que el síndrome premenstrual a veces dure tanto y os saque tanto de quicio? y ¿quién, aparte de una camarera de pub pijo de noche/dependienta del zara de día tiene el tiempo y el presupuesto para mantener el muy bien llamado «misterio» de manera vitalicia?

Sí, éste, definitivamente, es un blog de chica. Y os diré la verdad, ¡yo me depilo con cuchilla, coño!

Pero la pregunta final es ¿existiría el amor en la prehistoria?

mujer prehistórica

11 respuestas

  1. Sólo hay una única posibilidad de redención y salvación: Salir con un hombre que use cuchilla de afeitar sólo cuando le llaman la atención sobre su aspecto en el trabajo, que siga usando los mismos calzoncillos que le compraba su madre, y a quien le permitas eructar y pedorrearse todo lo que necesite: Entonces no importan los callos, la celulitis, las estrías o los pezones estrábicos. Te amará SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE (lo repito varias veces, con efecto reverb, para que lo recordéis xD)

  2. Recuerdo esa escena. «High Fidelity» era muy diferente a lo que yo esperaba, pero me gustó mucho.

    En cuanto al post en sí, muy bueno (me reí a gusto con los párrafos finales), pero como siempre, hay de todo. A mí, por ejemplo, el sabor del carmín no me gusta nada, así que según cómo, una chica maquillada me puede parecer peor que una sin maquillaje. Además, tiendo a fijarme primero en los defectos, y en persona y con buena luz no hay forma de disimular los más importantes.

  3. Eso de levantarse antes para enjuagarse la boca y enbonitecerse es como fingir que disfrutas una postura/actitud sexual de tu pareja (o fingir un orgasmo). Si lo haces la primera vez ya estás perdida para siempre.

  4. La PDJR (Plataforma en Defensa de Jessica Rabbit) puntualiza que ella no es mala -ni perfecta a voluntad-, sino que la dibujaron así.
    Nosotros, los conejos locuaces, torpes y desastrosos, agradecemos profundamente que a veces las chicas de dibujos animados se fijen en nosotros, que sabemos comprender la necesidad del braguerío de algodón y el aliento gatuno, escuchamos con cariño su rebeldía contra la machista concepción de la perfección femenina, y abrazamos sus imperfecciones del mismo modo en que ellas ríen con las nuestras.

  5. A todo ésto. El colutorio de Licor del Polo sabe a anís. Hace algún tiempo me inventé un nuevo producto basándome en esto: «Licor del Mono».

  6. Nombradme vuestra heroía pero ya: he conseguido que mi marido se depile con la silk-epil, con el cabezal que arranca los pelos, para que sepa lo que se siente. Ahora tiene las piernas más suaves que el culito de un bebé y la conciencia más dolorida que los folículos, y yo por mi parte he logrado un armisticio en el asunto de la depilación: ya puedo depilarme con cuchilla o no hacerlo en unos cuantos días si me apetece. Veremos lo que dura, pero cómo técnica os lo recomiendo 😀

  7. Ay, cuanta razón tienes… pero ¿y lo monas que estamos suavecitas y sin pelos? ¿Y lo estupenda que es la lencería fina?

  8. Raba, yo he salido con muchos kinkis y no son nada agradecidos y sí muy escrupulosos.

    Alan, una chica lista, si intenta seducirte nunca quedará contigo en el aeropuerto o en la piscina (dos lugares donde la luz hace que todos parezcamos cadáveres andantes de terroristas)

    Patricil, desde luego. La condena nos la imponemos nosotras. Por eso cuando te enamoras de verdad lo mejor es bostezar cuando te penetrar y luego regalar un mapa de tus zonas erógenas por su cumpleaños.

    Equipo de nabos fruteros, lo cierto es que creo que sois unos idealistas y estáis solteros todos. Pero yo también os quiero lo mismo.

    Patricil, one more time, deja de hacerte publicidad, zorron mediático. ;*

    Pimkie, entonces cuando uno de los dos se depila el otro no? Es para no resbalar? Vais en busca del efecto velcro?

    Gordi, no sé, yo estoy mucho mejor en sudadera y con las piernas naturalmente abrigadas.

  9. […] Braguitas de algodón, visto en el blog Odio la realidad pero es el único lugar donde te puedes comer un filete. Interesante reflexión de Chaplina sobre la pasta que nos llegamos a gastar las mujeres en estar guapas y cómo unas insignificantes bragas de algodón pueden cargarse el efecto logrado con tanto esfuerzo. Las preguntas con las que acaba el post, al menos a mi me han hecho reflexionar. […]

  10. […] de sus desodorantes o perfumes. Al igual que me gustan sus cabellos (sin reteñir), sus ojos (sin lentillas de colores) y sus orejas (sin cirugías absurdas). Me gustan las personas y no sus […]

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